Dato negativo, pero tendencia positiva: las estadísticas dan fe de que la resaca que arrastra la economía española tras el batacazo de los últimos trimestres empieza a remitir. España firmará en octubre el octavo mes consecutivo de caída de precios, con un retroceso del 0,6%. Pero el índice de precios al consumo (IPC) empieza a darse la vuelta: el dato es cuatro décimas mejor que en septiembre, según el indicador adelantado que hizo público ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE), por la evolución del petróleo y de los carburantes.
La deflación sigue siendo un riesgo a tener en cuenta y es un potencial dolor de muelas para el Banco Central Europeo. Pero el alza del crudo, que vuelve a estar cerca de los 80 dólares por barril, compensa en parte la atonía del consumo en Europa. El Banco de España aseguró ayer que la inflación -es decir, la subida de precios- será «moderadamente positiva» a final de año en la zona euro. Y lo mismo podría ocurrir en España: «La recuperación de los precios llegará en diciembre, liderada por los productos energéticos, aunque el consumo seguirá débil», explicó Sara Baliña, de AFI. «De confirmarse los datos, el riesgo de deflación se aleja», dijo.
España es, junto a Irlanda -los dos países donde el reventón de la burbuja inmobiliaria ha sido más doloroso-, una de las economías donde los precios caen de forma más acusada este año. Pero de momento las cifras no se apartan demasiado de la senda de la eurozona. Alemania cerrará octubre con los precios estancados tras una caída del 0,5% en septiembre, y en España la trayectoria es parecida: la caída se ralentiza del 1% al 0,6%.
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