España decide subir su déficit tras mes y medio de tira y afloja con Bruselas

3 03 2012

España ha tomado hoy la decisión «soberana» de situar el déficit para 2012 en el 5,8 % del PIB, 1,4 puntos por encima de lo pactado con la UE, tras más de un mes de mensajes cruzados con Bruselas sobre la conveniencia de revisar el límite estipulado cuando el panorama era mucho más optimista.

Las opiniones se han expresado por una y otra parte tanto a través de los medios de comunicación como de contactos discretos.

Una de las primeras llamadas de atención por parte del Gobierno la hizo el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en una entrevista el día 22 de enero en la que recalcaba que es obvio que cuando se fijó reducir el déficit hasta el 4,4 % «se hizo con un escenario de crecimiento económico y no de recesión como el que nos encontramos».

El responsable de cuadrar las cuentas públicas consideró entonces «absurdo» que el Gobierno hiciera unas previsiones propias, porque sería exponerse a una nueva pérdida de credibilidad, y daba por hecho que no quedaba más opción que asumir lo que «diga Bruselas, al menos durante este primer ejercicio».

Poco a poco la idea que se empezó a instalar es que la Comisión Europea revisaría los objetivos de déficit cuando publicase sus previsiones de crecimiento el 23 de febrero, lo que permitiría un techo de gasto acorde en los presupuestos que se presentarán el 30 de marzo.

La lógica indicaba que cuando la Comisión admitiese que la economía española va a decrecer en 2012, y no a crecer (su cálculo es del -1 %) revisaría en paralelo el objetivo de déficit, ya que admitiría que los ingresos serán mucho menores.

La CE no respondió en un principio al guante, y el día 30 de enero el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, dijo al ser preguntado por la relajación del déficit español: «Yo no puedo ir ahora más en detalle sobre eso».

También hubo declaraciones que parecían apuntar a los intereses de España como la del comisario europeo de Presupuestos, Janusz Lewandowski, que aseguraba que España «cumple los requisitos» por la «credibilidad» de sus reformas «para conseguir que haya más tolerancia y flexibilidad» en los objetivos de déficit, y dejaba claro que lo «importante» era llegar al 3 % en 2013.

Pero ese mismo día -23 de febrero- el comisario de Asuntos Económicos, el finlandés Olli Rehn, echaba un jarro de agua fría a las aspiraciones de flexibilización, al afirmar que España debía aclarar antes a qué se debió el desvío fiscal de 2011 e informar de la preparación de los presupuestos de 2012 para garantizar la sostenibilidad estructural de sus finanzas públicas.

A medida que Bruselas se iba mostrando más reticente, en Madrid se rebajaban las expectativas, y Montoro llegó a decir «está prohibido hablar de flexibilizar o relajar» cuando presentó el pasado lunes el dato de déficit de 2011, que acabó en el 8,51 %.

Quedaba no obstante la baza de las explicaciones «exactas» que daría el ministro de Economía, Luis de Guindos, a sus colegas del Eurogrupo ayer mismo, en vísperas de la presentación del techo de gasto.

En previsión de este encuentro, el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, afirmó el día 28 cuando anunció que se iba a presentar el techo de gasto: «la lógica de las cosas hará que las instituciones comunitarias y el Gobierno alcancen el acuerdo que se plasmará en este ejercicio».

Ministros como el de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, también daban anteayer mismo por hecho que la UE revisaría unas décimas el objetivo de déficit de España, opinión expresada también por varios presidentes autonómicos que en los últimos días se han reunido con Rajoy.

Pero en paralelo la Comisión recordaba sus plazos, y recalcaba que es en mayo cuando revisa los planes de estabilidad y crecimiento de todos los países, y se negaba a hacer una excepción con el caso de España.

El comisario europeo de la Competencia, Joaquín Almunia, advertía en Madrid de que el marco de financiación de la zona del euro no podía perder credibilidad en su primer año de aplicación.

Al final España ha colocado su límite de déficit en el 5,8 % con la convicción de que eso no significa romper el Pacto de estabilidad y crecimiento, ya que éste estipula que el objetivo inapelable es el 3 % en 2013.

Está por ver lo que opina Bruselas sobre el asunto

Via: Expansion