El Gobierno británico confirmó hoy la imposición de una tasa a los bonos que perciben los banqueros en la presentación ante el Parlamento del adelanto de los próximos presupuestos, que pronostican una vuelta al crecimiento en 2010.
El ministro de Economía, Alistair Darling, presentó el anticipo de las cuentas del Estado para el año fiscal comprendido entre abril de 2010 y 2011, que había generado una gran expectación al ser el último antes de las elecciones previstas para junio próximo.
El impuesto de nueva creación, que se aplicará únicamente durante 2010, gravará en un 50 por ciento las primas concedidas a los directivos de la banca por encima de las 25.000 libras, una cantidad «que pagará el banco y no el empleado», según explicó Darling.
La medida, según el ministro, no tiene un ánimo recaudatorio, ya que la cantidad que se obtendrá será de 500 millones de libras, sino limitar los abusos que se han cometido en este terreno y que han premiado en algunos casos con primas multimillonarias el trabajo de los directivos responsables de la crisis del sistema financiero.
Durante 50 minutos, el canciller del Exchequer expuso las líneas maestras de la política económica con la que los laboristas quieren sacar al país de la crisis -es el último país del G-20 en recesión- y presentar su candidatura para lograr un nuevo mandato.
Darling declaró que «todavía hay incertidumbre» en torno a la economía británica, pero dijo que la recuperación será una realidad «en el comienzo del año nuevo» y que a partir de ese momento habrá que trabajar para «garantizar un crecimiento a largo plazo».
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